Home »

Cómo elegimos los proyectos en Kaleidos

Una de las motivaciones que están en el ADN de Kaleidos es demostrar que las cosas se pueden hacer bien, de una forma ética y priorizando la felicidad de las personas. Siendo una empresa de software, uno de los puntos clave de nuestro éxito ha sido el cómo elegir adecuadamente los proyectos y cuándo saber decir que no.

En 2011, cuando arrancamos, veníamos del mundo de las grandes consultoras y las factorías de software. Allí la estrategia habitual a la hora de elegir proyectos era algo del tipo “digamos que sí a todo y luego ya veremos”. Como mucho ese filtrado se veía afectado por dos parámetros:

  1. ¿Da suficiente dinero?
  2. Si no lo da, ¿interesa hacer este sacrificio hoy porque vamos a ganar “una gran cuenta” en la que poder quedarnos durante años y años?

Si además tenemos en cuenta que habitualmente el equipo comercial y desarrollo viven en mundos prácticamente desconectados parece que el drama está servido. En Kaleidos creemos que hay más factores y más importantes que el económico que afectan a la hora de decir que no a un proyecto: ¿Está alineado con los principios y valores de Kaleidos?

.

Foto del equipo de Kaleidos en 2011.

Comité ético

Existe un comité ético en Kaleidos que da el visto bueno a los proyectos que nos llegan en base a una serie de cuestiones lo más objetivas posibles:

  • Preguntas generales que tratan de dar un contexto sobre el proyecto, su origen y los beneficiarios así como la relación esperable entre el cliente y Kaleidos.
  • Preguntas sobre dignidad humana; en donde se analizan los bienes que produce la empresa, el respeto a los derechos laborales, valores de igualdad y diversidad, explotación comercial ilegítima de datos de clientes y la promoción de pseudociencias, entre otras.
  • Preguntas sobre impacto económico; en donde se analizan posibles acciones hostiles contra la competencia, papel de monopolio, acciones de patent-trolling, el empleo de paraísos fiscales (o evasión de impuestos) y acciones de lobby no reguladas.
  • Preguntas sobre impacto medioambiental en donde se analiza el impacto medioambiental de la actividad del cliente (y en particular del proyecto), incumplimiento de normativas sobre medio ambiente, promoción de la obsolescencia programada y el maltrato animal.

Cualquier proyecto que el comité ético vete, no será realizado por Kaleidos.
Adicionalmente, aunque el comité ético apruebe un proyecto, cualquier kaleider tiene derecho de “objeción de conciencia”, para evitar participar de un proyecto concreto que vaya contra los principios de ese kaleider.

Por poner un par de ejemplos en el pasado hemos dicho que no a proyectos que promovían la pseudociencia o que eran poco ecológicos. Para poder llevar esto a cabo tenemos una transparencia total con los posibles proyectos en el futuro cercano y además los equipos están involucrados desde el primer momento en que una idea toma forma en Kaleidos (no hay desconexión con la posible labor comercial)

¿Realmente tenemos tiempo y capacidad para hacerlo bien?
Somos honestos y responsables, no vamos a hacer ningún proyecto si no estamos seguros de que vamos a poder a estar satisfechos con la calidad del resultado y a respetar los tiempos a los que nos hayamos comprometido.

¿Va a ser feliz el equipo que desarrolle este proyecto?
Aquí intervienen diferentes factores, desde si el proyecto en sí es interesante (si no hay motivación en Kaleidos para llevarlo a cabo entonces es un no) hasta cuál va a ser el rol que tengamos (es importante que nuestros clientes estén dispuestos a formar parte de un equipo en el que nos relacionamos de tú a tú y con un nivel de involucración en el día a día).

Pantallazo de Gem-Med, un proyecto para mejorar la gestión de exámenes de corazón en el que participamos.

¿Qué proyectos tienen más probabilidad de recibir un sí en Kaleidos?
Proyectos que nos motiven, con un impacto positivo en la sociedad, en los que poder involucrarnos desde las fases más tempranas de conceptualización, donde tengamos realmente poder de decisión, con clientes altamente involucrados en el día a día y que formen parte del equipo, con un equipo multidisciplinar (UX/UI/desarrollo/sistemas…) y con una duración de unos 2-3 años máxima (nos gusta crear cosas de cero y lanzarlas al mundo pero no esclavizamos a los clientes, hacemos los proyectos siempre con un ojo puesto en la transferencia).

¿Y decimos que no a más cosas además de proyectos?
Pues sí, con el paso del tiempo nos vamos volviendo más críticas y queremos afectar a nuestro entorno en la medida de lo posible así que cada vez decimos más noes. Por ejemplo, como uno de los valores que dirigen Kaleidos es intentar fomentar la inclusividad, no participamos en eventos que no tengan un código de conducta o intentamos no trabajar con proveedores de ningún tipo que no sean afines (banca, servicios, etc…)

¿Y el tema del dinero?

Kaleidos es una empresa y por supuesto tiene que ser económicamente viable así que es un factor que no podemos ignorar a la hora de decir que no (aunque ya hemos explicado que no es el único ni el más prioritario). Puede que un proyecto no genere beneficio para Kaleidos pero aún así lo llevemos a cabo, aunque nunca es con un objetivo de “entrar en un cliente” en nuestro caso va más por cosas como:

  • Proyectos que consideramos que se tienen que hacer “sí o sí” porque son necesarios para el mundo y en los que nos involucramos a coste. Hemos hecho proyectos de este tipo relacionados con temas de salud o de ONGs. Es el caso por ejemplo de HF-Predict para SmartCardia, un proyecto de tecnología médica que combina wearables con inteligencia artificial. Debido a su impacto social, decididimos hacer un descuento importante.

  • Proyectos propios de Kaleidos: como Taiga o UXBox

¿Y nunca nos equivocamos?

Por supuesto que sí, ha habido ocasiones en las que se nos han colado proyectos en los que echando la vista atrás tendríamos que haber dicho que no. Muchas veces a lo largo de un proyecto suceden eventos que afectan sustancialmente al enfoque, puede ser desde información que desconocíamos en un principio y que aparece en un punto tardío, hasta nuevos socios inversores que exigen un cambio de rumbo.

Intentamos mitigar estos riesgos reservándonos contractualmente el derecho a salir del proyecto si se incumple alguna de nuestras líneas rojas y con una duración de proyecto de unos 2-3 años máximo.

¿Qué os parece? ¿Pensáis que somos demasiado exquisitas a la hora de aceptar nuevos proyectos? ¿Hay factores que se echáis en falta en el proceso de decisión?