Cuando Eduardo (@eferro) me invitó a una sesión de desk-surfing en Alea Soluciones dije que sí sin dudar. Y sin tener mucha idea de qué era eso del desk-surfing. Consiste en ir un día a su oficina y trabajar con el equipo y asistir a las reuniones de su equipo. ¡Genial! Podría escaquearme un día de mi aburrida empresa e ir a otra a pasar un plácido día. Vacaciones.
Casi. El desk-surfing con Eduardo, Guillermo (@pasku1) y Alberto (@apa42) resultó ser una experiencia muy enriquecedora y gratificante. Y también agotadora.
Nada más llegar me hicieron una visita guiada por las oficinas, y me explicaron a qué se dedican en concreto: muy reveladora me pareció la visión del negocio desde el punto de vista de un desarrollador.
Y comenzamos la jornada: reunión diaria. De pie, frente a uno de los ordenadores, viendo el panel de tareas; se pusieron al día de los últimos avances, y se repartieron los objetivos del día. En total, 20 minutos máximo para poner la maquinaria en marcha.
Yo empecé mi desk-surfing haciendo pair programming con Eduardo; aquí mi intervención fue mínima, pero me dio la ocasión de aprender mucho sobre su modo de trabajar.
Después pasé a desarrollar una pequeña funcionalidad con Guillermo que fue mucho más temerario a la hora de dejarme el teclado. ¿La razón? TDD. Aquí no pican una línea que no tenga un test previo. Es una rutina complicada para el que siempre ha trabajado de otra forma, pero una vez más los resultados son abrumadores: el equipo trabaja rápido, con seguridad, reduce el bus factor… Demasiadas ventajas como para pasarlo por alto.
Merecido descanso a la hora de comer. Y más pair programming: un módulo similar al anterior, esta vez con Alberto. Tras pasar toda la mañana viendo código y la organización de módulos, me sentía sensiblemente más cómoda cuando me tocaba coger el teclado.
El día fue intenso pero se me pasó volando. En su pequeño despacho, tienen sus paneles por todas partes, comparten las decisiones y la responsabilidad y rápidamente se nota muy buen ambiente. Fueron excepcionales anfitriones y me dieron la oportunidad de aportar desde el minuto cero. ¡Ahora queremos la revancha!