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Internet en la crisis

¿Qué papel puede jugar Internet en la crisis?

Reconozco que existen tantos contextos en donde combinar los términos Internet y Crisis suele derivar en una relación Causa – Efecto que pensar en un escenario opuesto requiere llevar al menos 2 horas despierto y estar bien desayunado.

Así pues, con la crisis global actual mezcla de especulación financiera, sectores productivos inelásticos, deuda soberana galopante y crisis de confianza del consumidor ¿qué tiene que decir Internet a esto? Mucho.

Enfoque neutral

Internet hoy en día todavía puede presumir de ser una plataforma neutral e independiente. Esto quiere decir que puede tener éxito aquello que se lo merece y no sólo lo que ciertos intereses respalden. Si nos fijamos en los éxitos más representativos como Google, Amazon, Yahoo o Facebook, la realidad que comparten es que lo hicieron porque podían y la aceptación entre el público hizo el resto. Esta igualdad de oportunidades para grandes y pequeños es consustancial a Internet pero no se replica en el mundo más “físico” en donde ciertas dinámicas de poder siguen basándose en modelos aristocráticos. Es la despiadada selección natural la que rige en Internet y no la inercia del status quo socioeconómico.

Economía del ocio

Por otro lado, Internet es una plataforma especialmente buena para explotar un concepto muy “pro-maslowiano”, la economía del ocio. En sociedades en donde el estado de bienestar ha alcanzado unos mínimos y las herramientas tecnológicas están accesibles para una gran proporción de la sociedad, existe la posibilidad de generar riqueza en tiempos no remunerados. Ejemplos destacados de esto son la Wikipedia, iniciativas como Kickstarter o una porción importante de proyectos de software libre. Todos ellos contribuyen directa o indirectamente a sectores más tradicionales de la actividad empresarial.

Incluso en tiempos de crisis, y siempre en países con una cobertura social suficiente, las personas pueden participar directamente en proyectos que pueden representar aportaciones importantes a comunidades o sectores productivos y tener un retorno claro en términos de redes de contacto, formación y experimentación, confiando en una mayor empleabilidad a medio plazo.

Plataforma para creadores

Una virtud indiscutible que tiene Internet son sus cimientos tecnológicos y, en particular, de software. De todas las disciplinas creativas del ser humano, una de las más incomprendidas pero con mayor potencial es el desarrollo de aplicaciones informáticas. Sentado delante de un ordenador, con la sola habilidad mental de un desarrollador de software y suficiente tiempo, las posibilidades son infinitas. Si volvemos a los grandes éxitos de Internet, la inmensa mayoría han sido imaginadas por “programadores”. La metáfora de dos amigos en un garaje como representación arquetípica del espíritu innovador suele estar asociada a cables, monitores de ordenador y líneas de código fuente.

Internet es un inmenso lienzo en blanco pero al mismo tiempo otros millones de personas lo abarrotan constantemente de ideas y proyectos, provocando un miedo a fracasar o a no disponer de toda la información antes de asumir el riesgo de lanzar un proyecto. ¿Habrá otra persona con esta misma idea en otro país trabajando mejor y más rápido que yo? El carácter global de Internet (ver más adelante) potencia la desesperación por llegar segundo. Sin embargo, Internet está repleto de éxitos de segundones en su planteamiento fundamental pero líderes en un aspecto clave diferencial.

Alcance global

No es cierto que Internet no entienda de fronteras. No me refiero al control gubernamental que algunos países ejercen sobre cierto contenido o páginas web, sino a algo tan básico como el idioma en que comunicamos en Internet. Con esto en mente, el alcance global será tanto mayor cuanto menor sea la dependencia lingüistica-cultural del mensaje. Hazte esta pregunta ¿cuántas páginas de reseñas de productos como televisores o microondas lees en alemán o francés? ¿acaso no existen? Por supuesto que sí, exactamente igual de numerosas o resolutivas como las de lengua española pero, honestamente, ni consideramos que existen. Para un usuario de Internet, ésta existe en dos idiomas; su idioma natal e inglés.

Siendo conscientes de esta realidad y sabiendo cómo resolverla desde un inicio, la mayoría de las actividades económicas que se desarrollan en Internet tienen al planeta como campo de juego o, citando a uno de mis socios en Kaleidos, “no tengo que poner una tienda física, puedo vender allí donde llega DHL”.

El alcance global representa también instantaneidad, lo que es incluso más complejo de gestionar eficientemente. Las decisiones que afectan a un proyecto global son inmediatas y hay que ser capaces de resolverlas con la velocidad requerida.

La crisis comparte en parte esta globalidad pero no en todos sitios afecta de la misma forma y debería ser posible sortearla con actividades tan deslocalizadas como las que permite Internet.

Trabajadores del conocimiento

A mi juicio, Internet potencia dos tipos de usuarios; consumidores y trabajadores del conocimiento. Sobre los primeros, poco hay que explicar. Sobre los segundos, hay que detenerse en tres características:

  1. Valoran el aprendizaje. Internet es, si uno lo desea, una educación general básica perpetua o un postgrado especializado fractal. Uno puede elegir ir cubriendo levemente áreas de conocimiento o dedicarse a profundizar en un campo muy concreto. Yo puedo decir sin ningún rubor que aprendí más sobre desarrollo de software simplemente leyendo y experimentando en Internet que en la carrera.
  2. Valoran el talento. Un trabajo bien hecho tiene muchas posibilidades de llegar a ser conocido y aunque las comparaciones son odiosas, las provocamos constantemente. Siempre que exista una trazabilidad entre un resultado y las personas que hay detrás, existirá una oportunidad de contactar con ellas y emplearlas como referente. Talento no es sinónimo de éxito pero la asociación implícita es demasiado atractiva. Decía un buen amigo que existen dos tipos de profesionales; los que crean y los que copian. Apuntaba que el porcentaje estaba claramente decantado hacia los que copian y por eso era tan apreciado descubrir un miembro del primer grupo.
  3. Valoran el trabajo en equipo. El todo es aquí mayor que la suma de las partes. Conozco de primera mano muchísimos casos en donde un proyecto personal o empresarial ha visto la luz por una inteligente unión de fuerzas a través de Internet.

Visto en forma de ciclo, apostaría por un “aprendo->busco talento->trabajo en equipo”.

Cuando la existencia de la crisis no pudo ser ignorada, los discursos políticos se centraron en reorientar la economía productiva a sectores donde la innovación y los trabajadores cualificados (aka conocimiento) tuvieran un papel predominante. Desafortunadamente, el incentivo para este tipo de profesionales en el mundo “físico” es escaso y errático y suelen copar los puestos de menor prioridad en los planes de rescate que finalmente se implementan. Son un “lujo” del que se puede prescindir a corto plazo. Internet no resuelve este problema pero da la bienvenida al desarrollo personal y profesional de este tipo de profesionales.

Volatilidad

Para concluir, es de jusiticia vincular un elemento que comparten tanto Internet como el mundo más “analógico”; su volatilidad. Han existido burbujas .com y burbujas innmobiliarias y ambas han tenido efectos devastadores en la economía de países enteros. El error común es la especulación de activos superinflados y la obsesión por encontrar santos griales y pelotazos. Por santo grial yo me imagino una fuente de energía inagotable y no contaminante pero no un portal de noticias o una red social. Memes como “Internet es gratis” o “Tengo una idea y me voy a forrar” siguen estrellándose (afortunadamente) contra el muro de la realidad física o digital; si es un bluff en Internet, es un bluff.

Resumen

En la situación actual de crisis, Internet puede servir de motor económico para proyectos globales, innovadores y sólidos llevados a cabo por trabajadores del conocimiento con la tecnología perfectamente resuelta y un enfoque de contribución que incluya la no remunerada. En Kaleidos, creemos en este modelo. Tanto es así, que hemos fundado la empresa en julio de 2011, en pleno valle de la crisis y, a pesar de todo, un tercio de nuestros clientes son emprendedores.

Vivimos en Internet y hablamos en inglés aunque, como os podéis imaginar, no podemos evitar que nuestros chistes en la fiestas de navidad comiencen con un “Esto va un inglés, un francés y un español que ….